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BOLETÍN ENERO 2013

Boletín Sereso DIc2012

viernes, 23 de marzo de 2012


UNA HISTORIA ORIENTAL SOBRE UN SABIO...


Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de los hombres para que le revelara el secreto de la felicidad.
El muchacho anduvo unos meses por el desierto hasta que llegó a un gran palacio en lo alto de unas montañas. En ese lugar vivía el sabio a quien buscaba. Aunque esperaba contactar de inmediato a ese sabio personaje, se encontró con un tumulto de gente, como una especie de plaza de mercado, con mucho ruido y algarabía. El sabio conversaba con todos y tuvo que esperar unas horas para ser atendido.

El sabio maestro escuchó atentamente la solicitud del joven, pero le respondió que en ese preciso momento no disponía de tiempo para revelarle el secreto de la felicidad, por lo que le sugirió que diera un paseo por el palacio y regresara unas horas más tarde.

"Pero te voy a pedir un favor - agregó el anciano, entregándole una cucharita de plata en que dejó caer dos gotas de aceite - Mientras caminas lleva esta cucharita y cuida que el aceite no se derrame".

El hijo del mercader inició su recorrido subiendo y bajando escaleras, con la mirada fija  en la cucharita de plata y a las pocas horas volvió donde el anciano.

¿Qué tal te fue?- preguntó el sabio- ¿viste los tapices  persas en el comedor? ¿Fuiste al jardín que tiene 20 años de cuidados exclusivos? ¿Oíste las melodías de los grupos al lado de la plaza? ¿Te diste cuenta de los impresionantes tomos de libros antiguos con que contamos en nuestra gran biblioteca?

El muchacho, ocultando el sonrojo en su rostro, respondió avergonzado que no había visto, oído ni sentido nada; su única preocupación fue no permitir  que las dos gotas de aceite se derramaran de la cucharita de plata que el sabio le había entregado.


"Pues vuelve y aprecia las maravillas de mi mundo, no puedes confiar en alguien si no has conocido su casa".
Mucho más tranquilo, el joven tomó la cuchara y recorrió el palacio de cabo a rabo, en esta ocasión observando minuciosamente todo a su alrededor, escuchando los sonidos, oliendo los perfumes y disfrutando de las bellezas del palacio. Al volver con el sabio, le narró en detalle todo lo que percibió, sin ocultar el enorme asombro y felicidad que le dio tener la oportunidad de apreciar tanta belleza.

"Pero ¿dónde están las dos gotas de aceite que te confié en la cucharita de plata?

El muchacho observó la cucharita y notó consternado que las había derramado.






"Pues este es el único consejo que puedo darte - le reveló el más sabio de los sabios- El secreto de la felicidad consiste en mirar, escuchar, oler, degustar y disfrutar de todas las maravillas del mundo, pero recordando en todo momento las dos gotas de la cuchara de plata".  



Tomado de:
 El Alquimista de Paulo Coelho. 
 El libro de la transformación personal PNL (Programación Neuro-lingüística) de José Daniel Puche. 



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